Para poder valorar el estómago se necesita que esté vacío. Por esta razón no se puede comer o beber nada, ni siquiera agua, en las seis horas previas al procedimiento. El paciente al que se le va a realizar la prueba debe comunicar al personal médico que le asistirá, si está tomando anticoagulantes, antiagregantes –aspirina u otros fármacos–, si padece algún problema cardíaco o respiratorio importante o alguna enfermedad infecciosa del tipo de la hepatitis, etc.
Finalizada la exploración, deberás esperar media hora antes de comer o beber líquido, o más tiempo si el médico así lo indica. Es recomendable venir acompañado ya que no podrás conducir durante al menos seis horas tras la finalización de la prueba. Para poder realizarla, el paciente debe aportar una analítica reciente con hemograma y prueba de coagulación. El resultado de la gastroscopia se conoce una vez finalizada la misma. Si se han tomado biopsias, habrá que esperar varios días para tener el diagnóstico definitivo.
Las complicaciones que pueden surgir aparecen en una proporción de menos de 1 por cada 1.000 y pueden consistir en: distensión del abdomen, dolor, hipotensión, flebitis, reacciones alérgicas, infección, aspiración bronquial, hemorragia, perforación y parada cardiorrespiratoria.
Esta información es muy general, tiene solamente un carácter informativo y no ofrece una opinión médica definitiva. Es muy importante que consulte con su médico.